El que no ama su patria no puede amar nada.
Lord Byron (1788-1824) Poeta Británico.
Bogotá ha sido el centro de desarrollo de Colombia desde la época de la colonia hasta el día de hoy. En nuestra ciudad se consolidaron los principales centros de formación, producción y de poder a nivel nacional, esto no siempre ha sido visto con agrado por parte de algunos compatriotas que se han dado a la tarea de construir una imagen negativa de Bogotá y de los Bogotanos.
Descalificar a Bogotá se ha convertido en un lugar común en el que los eternos inconformes desahogan su molestia, creyendo que la ciudad se auto determina y actúa de manera independiente definiendo sus condiciones y su destino, como si los ciudadanos no contáramos, como si la ciudad se auto determinara y nosotros no fuéramos en gran medida responsables de ella.
Es común escuchar frases despectivas de algunos connacionales de diferentes regiones, a quienes Bogotá no les gusta, en las cuales hacen gala de un espíritu crítico sobre las condiciones de movilidad, medio ambiente, inseguridad y demás escenarios urbanos en los cuales quisieran tener mejores condiciones.
Algunos en vez de frases hacen columnas de opinión en donde atacan directamente a Bogotá y al momento de criticar diferentes situaciones olvidan arbitrariamente explicar el contexto de una situación fomentando así la división entre compatriotas y promocionando el destierro del compromiso, el sentido de pertenencia y cualquier tipo de virtudes cívicas sobre las cuales se pueda avanzar en la construcción de Ciudad y de País.
Un pequeño ejemplo de la lectura tan amañada de la situación de Bogotá es el siguiente: los ciudadanos dicen: ¡Pero es que en Bogotá el trancón es tremendo!, a lo que nosotros respondemos:
No podría ser de otra forma porque estamos mejorando toda nuestra infraestructura vial, la renovación implica cierto sacrificio hoy, para tener un mañana mejor. Según cifras del Comité Automotor Colombiano, durante el 2010 se vendió en Bogotá el 47.01% del total de vehículos nuevos en Colombia, le siguió Medellín con el 13.5%, Cali con el 10,4%, Bucaramanga con el 6,3% y Barranquilla con el 5,5%, estas últimas cuatro ciudades suman el 35,7% del total de vehículos nuevos vendidos durante el 2010. Este resultado demuestra que las demás ciudades no manejan las mismas cifras de la Capital y la suma de sus resultados no logra alcanzar las cifras de Bogotá. El trancón es un efecto colateral en la ciudad con más y mejores oportunidades de Colombia.
Pero como hasta el progreso tiene límite y se da en un espacio finito, tenemos que avanzar en la construcción de una mejor ciudad, de la mano de una ciudadanía corresponsable, un gobierno eficiente, un sector privado socialmente responsable, unas instituciones educativas y un entorno familiar comprometido con la formación de ciudadanos cívicos, que asuman la Cultura Ciudadana como una perspectiva que permita el desarrollo de una vida digna para todos.
A continuación presentamos algunos artículos en los que se revela el inconformismo de unos cuantos seudo patriotas que no contribuyen en la consolidación de una nación fuerte, unida, productiva, respetuosa en la diversidad, con metas y propósitos comunes para nosotros y las futuras generaciones.
En los siguientes links se encuentran algunos artículos de quienes proponen revisiones históricas para restarle importancia a Bogotá en el proceso de la Independencia, algunos resaltan los logros obtenidos por otras ciudades en materia de inversión, no sin antes atacar la Capital, como si el logro de ellos representara nuestro fracaso, mientras otros, con el propósito de quejarse de la ley de regalías deslegitiman nuestro derecho a hacer uso de los dividendos obtenidos por la riqueza de nuestro país, también encontramos grupos dedicados a delinquir en Bogotá provenientes de otras regiones, ex funcionarios que descalifican la capital y hasta una profesional en filosofía y letras que dice odiar el lugar donde nació.
http://www.diariodelnorte.net/opinion/40-opinion/7438-prosperidad-para-bogota.html (el artículo ya no esta publicado, ojala pronto lo vuelvan a publicar)
Es hora de que quienes pensamos en dar soluciones a los problemas de Bogotá nos hagamos sentir, el escenario no puede estar poblado únicamente por quienes haciendo gala de su elocuencia destruyen la ciudad, estas personas limitan su capacidad intelectual y analítica al privilegiar la critica que segrega, estigmatiza y destruye por el ejercicio constructivo de ciudadanía.
La columna de Carolina Sanín desato gran polémica y fue la excusa perfecta para que algunos que viven, trabajan o estudian en la Capital provenientes de otras regiones se ensañaran con la ciudad en las redes sociales, como una jauría que a dentelladas busca saciar su hambre, su canibalismo y desfogar toda esa ira que tienen hacia Bogotá, la ciudad que los acoge y les brinda las oportunidades que en sus lugares de origen muchas veces se les niega, bajo la excusa de ¿Por qué no hablar mal de Bogotá si lo hace una Bogotana?
Sin embargo, el ataque a Bogotá no solo lo ha protagonizado una bogotana como Carolina Sanín, el ex vicepresidente Francisco Santos, debió desatar la misma polémica al escribir una columna de opinión contra su tierra y su gente, en un medio de comunicación que no tiene tanta audiencia como El Espectador, este es un acto impropio de alguien que ocupo uno de los cargos más importantes de Colombia durante 8 años, dista mucho de la óptica de un líder nacional y no es propio de patriotas sembrar la división y estigmatizar a un sector u otro.
Debemos propender porque en nuestra nación se tiendan mas puentes de comunicación, para que las diferencias dejen de separarnos y por el contrario sirvan para articular un proyecto de nación que se beneficie de las diferencias culturales y de la cosmovisión de cada región, nuestra diversidad puede ser nuestra mayor riqueza, lamentablemente el enfoque que le dan personas como Francisco Santos y Carolina Sanín la convierten en un problema.
La tarea que tenemos quienes queremos ser parte de la solución es promover un proceso de apropiación de la ciudad, de lo público, con sentido de pertenencia por la tierra de origen y la que nos brinda oportunidades, tanta lealtad y compromiso le debemos a la tierra en la que nacimos como a la tierra en la cual vivimos, trabajamos y nos desarrollamos como individuos.
Colombia debe tener varios centros de Desarrollo y progreso, por nuestro bien como nación no podemos permitir que Bogotá sea la única respuesta para aquellos que quieren progresar, nuestro país debe tener muchas respuestas, pero esto no se logra atacando esta hermosa ciudad, las demás regiones no van a ser más productivas porque se despachen sin freno y sin reserva contra la Capital, lo serán cuando sean coherentes con sus discursos de descentralización y consoliden en sus regiones centros de producción, academia, salud, gobierno y comercio eficientes, entre otros.., cuando se apropien de sus ciudades de origen y tomen la decisión de transformarlas como tributo a sus ancestros y por responsabilidad con las futuras generaciones, cuando dejen de asignarle a Bogotá la responsabilidad de sus fracasos y cuando entiendan que con cada conciudadano que migra de su ciudad natal por falta de oportunidades hacia la Capital, están demostrando que en Colombia el centralismo se da porque en Bogotá la productividad, el desarrollo, la renovación y el progreso están a la orden del día.
No es propósito de este articulo hablar en detalle de los aspectos positivos de la ciudad para refutar punto por punto el articulo de Carolina Sanín, si esa fuera la intención bastaría mirar estadísticas y podríamos escribir varios tomos sobre los logros, las ventajas, las cualidades y las realidades de esta Hermosa Ciudad. Tampoco nos queremos quedar en la posición cómoda de la complacencia por la perfección que no existe, pero si es un aporte para que continuemos construyendo una mejor ciudad, para que existan más y mejores oportunidades para los Bogotanos y para quienes vienen de otras regiones. La Capital siempre ha tenido las puertas abiertas para todo aquel que quiera progresar de manera honesta y contribuya en el desarrollo de la ciudad. Esta es una invitación a la reflexión para aquellos que día a día critican, cuestionan, agreden, exigen y olvidan su responsabilidad en la construcción de una mejor Bogotá, de una mejor Ciudad y de una mejor Nación.
¡Viva Bogotá!
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