Fotografía: Alex Cruz Photographer |
Bogotá fue ejemplo de cultura ciudadana a nivel nacional e internacional, sus ciudadanos se caracterizaron por ejercer una ciudadanía responsable que ayudó a mejorar la convivencia entre ellos y mostraron un mayor compromiso con su entorno urbano, lo cual cambió positivamente la imagen de la ciudad. Lamentablemente la promoción del civismo dejó de ser importante en la agenda distrital, se privilegiaron los derechos sobre los deberes, la mayoría de sus habitantes se convirtieron en espectadores críticos que olvidaron fácilmente que en ellos también radica la solución a muchos problemas que afectan la ciudad. La cultura ciudadana que fue motivo de orgullo de los Bogotanos hoy en día está en vía de extinción y es importante recuperarla ya que su ausencia solo ha generado crisis en escenarios donde es importante que el ciudadano ejerza ciudadanía de manera responsable.
Uno de los problemas que afecta a Bogotá y a nosotros como ciudadanos es que no practicamos la Cultura Ciudadana. Hoy en día es más fácil hablar y culpar a los demás por no practicarla, pero es claro que para todos en algún momento del día es más cómodo olvidarla, no obstante llama la atención que pocos la practiquen y que quienes lo hacen muchas veces son agredidos por la misma sociedad ya que muchos aceptan conductas negativas o apoyan actos que van en contra de un comportamiento cívico porque no les importa la ciudad, creen que aquel acto de gamberrismo no afecta a nadie o simplemente consideran que no es grave porque muchos también lo hacen.
Bogotá es una gran ciudad que ofrece a todos grandes beneficios pero también plantea retos y problemas en aquellos escenarios donde hay más afluencia de personas, donde por las mismas características se hace evidente la ausencia de civismo, por ejemplo, en materia de Movilidad, vemos que en Transmilenio los usuarios no respetan la fila, la presión de subir al bus impide que se deje salir antes de entrar o donde el simple egoísmo prevalece en aquellos que se acuestan en el fuelle del articulado sin importarles incomodar a otros, o en la calle, donde el problema no es solo del vehículo sino del peatón imprudente que es capaz de poner en riesgo su vida y la de los demás.
Aunque la falta de la cultura ciudadana se evidencie en el transporte público, en las calles, en las fachadas llenas de grafitis o publicidad, en el espacio público invadido, en los humedales llenos de escombros y al encontrar a un ciudadano botando basura en la calle, la ausencia de civismo ha tenido un impacto más grave, cobrando vidas, provocando riñas, inseguridad, contaminación e insalubridad.
Nosotros somos Bogotanos de nacimiento y de corazón ¿Por qué hacemos esta aclaración? Porque no es necesario nacer en esta ciudad para quererla, no debe importar que nuestro lugar de origen sea otro o que solo vivamos en Bogotá mientras adelantamos nuestros estudios o nuestro trabajo, el solo hecho de vivir en esta ciudad nos convierte en ciudadanos objetos de derechos y deberes, por lo tanto, impactamos positiva o negativamente la ciudad, el propósito final es lograr que el ciudadano se apropie de esta ciudad, la sienta suya y le duelan aquellos actos que la maltraten, de esta manera puede ser corresponsable y capaz de dar solución a los problemas que se presentan en ella porque entiende que si él maltrata su entorno urbano no solo afecta a los demás, sino a sus amigos, familia y a él mismo.
Es necesario que se realice una nueva definición de cultura ciudadana que amplié los escenarios donde los ciudadanos la pueden ejercer, ya que se practica en la movilidad, recreación, medio ambiente, deporte, turismo, desarrollo económico, convivencia, gobierno, hábitat, participación política y social, cultura y seguridad, de esta manera se resalta su importancia y se explican todos los problemas que puede ayudar a resolver el solo hecho de ponerla en práctica, sin embargo también es importante explicar qué actos son cívicos y cuáles no para que no los comentan nuevamente, esta explicación debe ser continua, se deben institucionalizar a nivel público y privado programas que la promocionen, instrumentalizando las TIC, la web 2.0. y trabajo focalizado con la ciudadanía.
¡Viva Bogotá!
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