3 Reflexiones para hacer de Bogotá una Ciudad protectora del Agua

Hemos modificado tan radicalmente nuestro entorno que ahora debemos modificarnos a nosotros mismos para poder existir dentro de él.
Norbert Wiener

La celebración del día mundial del agua fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de diciembre de 1992, como resultado de una iniciativa planteada en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro. Desde entonces, cada 22 de Marzo le rendimos un homenaje a este elemento vital, este día el mundo entero se une entorno a la reflexión sobre el uso y el tratamiento que le damos a tan importante elemento de la Naturaleza. Por esta razón, en esta oportunidad la Fundación Bogotá Mía quiere compartir con ustedes 3 reflexiones para dimensionar el impacto de nuestras acciones y omisiones, además de fortalecer nuestro compromiso con la naturaleza y con las futuras generaciones.

Fotografía: Alex Cruz
ü Problema Local, Regional y Global: Para la Fundación Bogotá mía es muy importante implementar soluciones desde el cotidiano ejercicio de ciudadanía para dar respuesta a los problemas de carácter global. Es necesario que entendamos que aunque nos encontramos en un entorno urbano, nuestra conexión con la naturaleza demanda la responsabilidad de hacer un consumo responsable y proteger nuestras fuentes hídricas evitando contaminarlas. El agua viene de la naturaleza y no de la llave, razón por la cual debemos renunciar a la postura cómoda de creer que si tenemos suficiente dinero para pagar la factura podemos hacer un consumo irresponsable, no todo es susceptible de ser analizado desde una perspectiva económica, la naturaleza no entiende este lenguaje.

La solución a nuestros problemas ambientales pasa en gran medida por el compromiso y la coherencia individual, solo la coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos nos permitirá darle ejemplo a nuestros niños y crear así una generación que a pesar de desarrollarse en entornos urbanos no se desconecte ni desconozca su vínculo con la naturaleza como un todo que nos da la vida.

ü Seguridad Alimentaria: En las áreas rurales de nuestra nación, los agricultores y ganaderos trabajan para brindarnos los alimentos que consumimos día a día en nuestras ciudades, esta labor requiere un consumo de agua considerable, no debemos desperdiciar la comida o hacer un uso inadecuado de ella en nuestros hogares y en los restaurantes, tengamos en cuenta que “Producir 1 kilo de arroz, por ejemplo, requiere cerca de 3.500 litros de agua, 1 kilo de ternera necesita unos 15.000 litros y una taza de café, alrededor de 140 litros”[1]. Debemos asumir nuestra responsabilidad en materia de seguridad alimentaria y hacer un consumo responsable de nuestros alimentos.

Las universidades y los sectores público y privado deben buscar respuestas a estos problemas, ahora más que nunca se requieren tecnologías innovadoras que garanticen una producción de alimentos más verde y sostenible. Éstas tecnologías son necesarias para mejorar el rendimiento de las cosechas; para implementar estrategias de regadío eficiente; para la reutilización de las aguas residuales y el uso de fuentes de agua de calidad marginal; para encontrar maneras más inteligentes de utilizar los fertilizantes y el agua; para mejorar la protección de las cosechas; para reducir las pérdidas tras la cosecha; y para desarrollar una producción ganadera y marina más sostenible”. La tecnificación del sector agrícola debe ser un aporte de la empresa privada y de la academia, los entornos urbanos deben asumir su responsabilidad y acompañar a nuestros agricultores en el desarrollo de tecnologías que nos permitan hacer un uso mucho más inteligente, eficiente y productivo del agua en las tareas propias de la agricultura y la ganadería, recordemos que “El ganado y los cultivos necesitan agua para crecer. La agricultura requiere grandes cantidades de agua para regadío, además de agua de calidad para los distintos procesos productivos”[2].

Desde los entornos urbanos debemos dimensionar nuestra conexión con los entornos rurales, a los cuales les debemos la satisfacción de muchas de nuestras necesidades y con los cuales debemos ser corresponsables, para evitar convertirnos en áreas acaparadoras y contaminantes que solo demandan beneficios, pero que no ofrecen soluciones a los problemas globales.

ü Impacto a mediano y largo plazo, resultados y acciones a corto plazo: Las acciones del día a día tienen un impacto en el mediano y largo plazo, razón por la cual debemos cuidar el agua no solo el día mundial del agua sino todos los días, para esto se necesitan acciones no solo de carácter técnico, sino de CULTURA CIUDADANA, ya que no se pueden esperar cambios en nuestro planeta si no cambiamos quienes lo habitamos. Desde la reflexión se pueden generar transformaciones duraderas y compromisos de carácter individual, la suma de las conductas individuales que nos han metido en este problema y solo la suma de nuestras mejores acciones nos pueden ayudar a construir un mundo mucho mejor a partir de un ejercicio responsable de ciudadanía.

Aunque el 22 de marzo sea considerado el Día Mundial del Agua, debemos recordar que es nuestra responsabilidad hacer un uso responsable de ella todos los días y en cada momento de nuestra vida, la mejor forma de rendir tributo a nuestra madre tierra es ejercer ciudadanía de la mejor manera, haciendo un consumo responsable y renovando día a día  nuestro compromiso con las futuras generaciones.





[1] Naciones Unidas “Agua y seguridad alimentaria”, Disponible en: http://www.un.org/spanish/waterforlifedecade/food_security.shtml
[2] Ibíd. 


Autor:
Germán Fandiño Sierra.
Politólogo Internacionalista.
Magister en Derechos Humanos y Democratización
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