Resulta desconcertante ver como a lo largo y ancho de nuestra ciudad, la ciudadanía ejerce sus actividades económicas con medidas de protección extremas. La pérdida de confianza en las instituciones y el temor hacia el accionar delictivo llevan a los comerciantes capitalinos a enrejar sus establecimientos comerciales y trabajar a diario con un cerco de protección individual ya que no cuentan con la efectividad de los esquemas de protección colectivos.
Esta situación es una muestra clara de la erosión del sentido de comunidad y de cómo la indolencia colectiva e institucional, la omisión, la negligencia en la prestación del servicio de seguridad y nuestra pasividad frente al delito han permitido y promovido la construcción de una Cultura del Miedo en nuestra ciudad.
¿Por qué hablamos de Cultura del Miedo? ¿Cuál es la definición de Cultura que utiliza la Fundación Bogotá Mía? Para explicar por qué consideramos importante promover una contracultura del miedo y trabajar en pro de una Cultura de la Seguridad, partimos de la definición utilizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) que dice: “es la cultura la que ofrece el contexto, los valores, la subjetividad, las actitudes y las aptitudes sobre las que los procesos de desarrollo han de tener lugar”[1]. Desde esta perspectiva cabe resaltar que estos elementos subjetivos e intangibles se ven materializados en nuestra realidad mediante las dinámicas propias del día a día en nuestra ciudad, es así como los homicidios, los hurtos y los problemas de convivencia configuran un contexto en el que se erosionan los valores y las actitudes de la ciudadanía, las cuales crean contextos en los cuales el desarrollo en el marco de la cultura de la legalidad no puede florecer de manera natural ya que se ve marchitado por el temor ciudadano, la desidia institucional y el inadecuado ejercicio de ciudadanía.
Podría parecer que la galería fotográfica es solo eso, un conjunto de imágenes que comparten una temática en común, pero en realidad son mucho más que eso, son fragmentos de la realidad en la que vivimos y en la cual están creciendo nuestros niños, los ciudadanos que estamos formando desde pequeños van a crecer pensando que las barreras físicas brindan mayor protección que nuestros constructos éticos, morales, cívicos, legales y culturales, van a asumir las acciones de protección individual que nos aíslan y nos convierten en ciudadanos que no conviven en la ciudad sino que, en el mejor de los casos co-existen, en personas que comparten un espacio, pero no unos principios y unos valores, una ciudad en la cual día a día desterramos la solidaridad y el respeto por los demás ya que la realidad actual nos hace actuar instintivamente pensando y privilegiando nuestra seguridad individual, así sin quererlo le dejemos el camino libre a la degradación y descomposición social, que algún día tocaran nuestra puerta, entonces nos daremos cuenta que el individualismo no nos hace inmunes a los problemas sociales.
¿Qué podemos hacer para iniciar la construcción de una Cultura de la Seguridad? Para empezar, podemos implementar desde nuestra cotidianidad Acciones preventivas para cerrarle espacios a la delincuencia,recordemos que: “En gran medida la solución está en nuestras manos, debemos evaluar el impacto de nuestras acciones y las decisiones que tomamos, ya que observadas desde una perspectiva compleja, pueden formar parte del entramado de relaciones que estructuran las redes delictivas y las sustentan”[2]. Algunas de las reglas que podemos involucrar en nuestras vidas son:
ü No comprar objetos robados
ü No incentivar el contrabando apoyando la economía informal
ü “Es necesario que actuemos y exijamos de las autoridades mayor eficiencia y respuesta a las acciones delictivas de nuestra ciudad, denunciar ante las autoridades es muy importante, así la respuesta sea nula y la denuncia no pase de ser un saludo a la bandera, debemos denunciar, vigilar y asumir hábitos de protección individual y colectiva”[3]
ü Generar las condiciones para la construcción de un Hábitat adecuado para la Seguridad
Observando estas cuatro reglas podemos contribuir en la construcción de una ciudad más segura, así podremos acabar con uno de los elementos que sustentan la delincuencia y permite que se consoliden las condiciones de inseguridad: La ACEPTACIÓN. Esta aceptación se materializa en la realidad cuando asumimos que una calle es peligrosa y simplemente decidimos no transitarla, cruzar por una vía más segura y no denunciar esta situación, dejamos de pedir que se trabaje en la mejora de todo nuestro entorno, en ocasiones simplemente asumimos las circunstancias como realidades inmodificables, dejándole así la vía libre a los ladrones, a los traficantes, a los violadores, y demás delincuentes que encuentran en ciertos lugares los entornos adecuados para cometer sus fechorías y maltratar a nuestros conciudadanos, niños, niñas, mujeres, jóvenes, hombres y mujeres de bien que en cualquier momento tienen que sufrir las consecuencias de las dinámicas que se generan en los sectores de la ciudad que hemos abandonado. Es momento de hacernos de nuevo la siguiente pregunta: ¿Levamos a escriturar algunos sectores de nuestra querida Bogotá a los delincuentes?
Para avanzar en la construcción de una mejor ciudad es necesario que partamos de la NO ACEPTACIÓN como un principio fundamental, no tenemos por qué aceptar las condiciones actuales de inseguridad y para ello debemos dejar de lado nuestra indiferencia e interactuar de manera corresponsable con las autoridades de nuestra ciudad.
¡JUNTOS PODEMOS Y DEBEMOS CONSTRUIR UNA MEJOR CIUDAD!
[1] Cultura y Desarrollo Evolución y perspectivas. Maider Maraña UNESCO Etxea Cuadernos de trabajo. Nº 1. Pág. 05
[2] Compra de objetos robados: incentivo para la inseguridad. Acciones preventivas para cerrarle espacios a la delincuencia. Disponible en: https://www.ciudadaniaparaeldesarrolloconsultoria.com/acciones-preventivas-para-cerrarle-espacios-a-la-delincuencia/#.UUCnrxxfdx8
[3]Indolencia Colectiva e Institucional. Blog Bogotá Mía, JUEVES, 16 DE FEBRERO DE 2012 Disponible en: http://blog.ciudadaniaparaeldesarrolloconsultoria.com/2012/02/indolencia-colectiva-e-institucional.html
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