9 valiosas lecciones que nos deja el COVID-19


“el leve aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del planeta”
Proverbio Chino

El COVID-19 ha generado una crisis de carácter multidimensional en áreas como la salud, la economía, la educación, el relacionamiento social y todas las actividades propias de la vida cotidiana a nivel global. Sin lugar a dudas el mayor impacto es la perdida de la vida de miles de personas, lo que ha puesto a prueba los sistemas de salud y ha paralizado importantes sectores de la economía, al igual que al sector informal, mediante el cual millones de personas a nivel mundial buscan diariamente obtener los recursos para satisfacer sus necesidades básicas y sacar adelante su proyecto de vida.  

Mientras que los científicos encuentran una vacuna, la respuesta coyuntural a esta crisis ha llevado al cierre de fronteras, a la suspensión de actividades económicas, hizo migrar al mundo virtual a algunos trabajadores y a la mayoría de los estudiantes, el aislamiento social se ha convertido en la principal estrategia para evitar la propagación del virus, algo que en cada familia tiene un impacto diferente por las condiciones de desigualdad y pobreza de miles de personas, lo que afecta en amplios sectores de la población, la capacidad económica para garantizar el abastecimiento de alimentos, el pago de servicios, entre otras cosas…

En fin, podríamos enumerar muchas cosas que están ocurriendo,  pero el propósito de este blog es identificar las lecciones que nos pueden ayudar a trascender el escenario de miedo e incertidumbre que vivimos actualmente, para que podamos lograr una transformación social y espiritual positiva, que nos permita reorientar nuestro pensamiento y nuestras acciones hacia la construcción de un mundo en el que se respete la vida, se proteja el medio ambiente, y en el que no solo se busque el desarrollo económico de las personas y las naciones, sino también el crecimiento espiritual que nos permita evolucionar para trascender y dejar nuestra indiferencia ante el dolor ajeno y la destrucción de nuestra casa común: nuestro planeta y los seres con quienes lo compartimos.

Estas son 9 lecciones que nos deja el COVID – 19, en nuestras manos está la posibilidad de actuar de manera resiliente para salir fortalecidos de esta crisis:

1. Olvidamos que hay cosas que nos superan, y que pueden tocar la puerta de nuestras casas para recordarnos cuan frágil puede ser la vida, a pesar de nuestro individualismo, estatus, ingresos, creencias e indiferencia.

Es impecable la claridad del Papa Francisco, quien en la bendición Urbi et orbi, expreso que nos encontramos ante una "tormenta inesperada y furiosa", estamos en "una tempestad que desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades"[1]. Es en estos momentos en que el dinero, los avances tecnológicos y el distanciamiento de la realidad del otro, o de las zonas de peligro a nivel individual no sirven de nada, porque este desafío lo debemos superar entre todos. Necesitamos de Dios, y es a partir del reconocimiento de nuestra fragilidad que debemos empezar a trabajar juntos, cada uno desde su área, para buscar la solución a los problemas de salud pública derivados de este virus, junto a las múltiples afectaciones a nivel económico y social que se han generado como consecuencia del aislamiento con el que se busca frenar el impacto de esta pandemia.

No basta con creer que lo único que importa es que nuestros seres queridos estén bien, también hemos tenido que reconocer que es necesario que los demás tengan bienestar y hagan las cosas bien. Solo por eso, hasta ahora se garantizó la reconexión[2] de los servicios de agua, luz y gas  a quienes la habían perdido por no realizar el pago correspondiente, algo que antes formaba parte de las cosas que vemos como normales, quizá, porque no nos pasa a nosotros, sino a “otros”.

2. Recordamos que proteger la vida debe ser la prioridad en todas las sociedades, y que todas las actividades deben estar orientadas a este propósito.

Esta es la primera vez que se suspenden actividades en importantes sectores de la actividad económica, y se imponen restricciones en otros sectores con el propósito de salvar la vida. Algo que nunca había ocurrido a pesar de que hay varios escenarios en los que la pérdida de vidas es considerable. Por ejemplo, en nuestro país para 2018 “el Instituto Nacional de Medicina Legal registró 46.416 casos atendidos por accidentes de transporte; las lesiones fatales corresponden a un total de 6.879 personas fallecidas equivalentes al 14,82 % y las lesiones no fatales reportan un total de 39.537 personas lesionadas 85,18 %[3], y sin embargo, no se ha visto que se haga un alto para atender de manera contundente esta situación.

Solo se cuenta con acciones aisladas por parte de las autoridades de tránsito en los diferentes niveles de la administración, y desde el nivel nacional, la Agencia Nacional de Seguridad Vial ANSV realiza algunas acciones, sin lugar a dudas bien intencionadas, pero carentes de la estructura propia de una política pública seria, que responda a la magnitud del desafío que plantea el tener 6.879 muertos en un año por las dinámicas de violencia vial o siniestros viales, como los llaman. Así se lo expresamos en 2019 a la ANSV en desarrollo de la “Audiencia Pública Seguimiento a la Seguridad Vial en Colombia”, realizada por la Contraloría General de la República, donde les manifestamos que hace falta estructurar de una mejor manera el trabajo con la ciudadanía. Entre otras cosas, porque las acciones aisladas con los actores viales sin una adecuada estructura de trabajo no permitirán que como sociedad podamos avanzar en la construcción de un sistema vial que respete la vida. Y aquí seguimos sin una política pública  bien estructurada en materia de seguridad  vial.

Como el ejemplo del transporte, podríamos hablar del homicidio en nuestro país, donde a diferencia del coronavirus, los homicidios como consecuencia de la violencia interpersonal, la violencia sociopolítica, la violencia económica, la violencia intrafamiliar, el feminicidio,  y  la violencia sexual, jamás han paralizado la actividad productiva, ni se ha hecho una pausa para orientar todos los esfuerzos institucionales de los sectores público y  privado para acabar con las causas de tanta violencia que hemos normalizado de manera indolente.

Por primer vez hacemos una pausa, como diciendo: “paremos un momento porque esto nos está matando y no puede ni debe seguir así, no nos vamos a acostumbrar a morir por el COVID - 19”; entonces ¿por qué no le hemos dado la importancia que se perecen las otras causas de muerte y violencia en nuestro país?

Si lo que nos preocupa como sociedad es el número de muertos, es hora de que nos tomemos en serio la construcción de una política pública de construcción de ciudadanía para la protección de derechos humanos en los escenarios de convivencia ciudadana e intrafamiliar. Este ha sido un llamado reiterativo de la Fundación Bogotá Mía, pero la construcción de ciudadanía poco o nada ha importado. 

3. Ahora, cuando más necesitamos de ciudadanos corresponsables, es cuando más se reconoce la importancia de la construcción de ciudadanía para responder a los problemas públicos

El adecuado ejercicio de ciudadanía requiere de un equilibrio entre derechos y deberes. Esta idea, por elemental que parezca, ha servido muy poco como cimiento para el desarrollo de competencias ciudadanas en nuestro país, donde sobran los pretextos para erosionar el sentido de lo público y el bienestar general cuando se trata de reclamar intereses individuales, o de grupo. La necesidad de contar con ciudadanos corresponsables y  disciplinados se ha hecho más evidente ahora, frente a la negativa de algunas personas de acatar las decisiones de las autoridades del orden municipal, departamental y nacional, para atender esta crisis generada por el COVID -19. 

Es necesario comprender que las buenas acciones en materia de civismo, sentido de pertenencia y compromiso con el bienestar colectivo e individual, como expresiones elementales de cultura ciudadana, no se dan por generación espontánea. Son el resultado de procesos bien estructurados de construcción de ciudadanía y formación en valores orientados a la formación de personas comprometidas el bienestar individual, el desarrollo del país,  y con el bienestar general. 

Si de hacer prevalecer el bienestar general se trata, resulta paradójico ver  como históricamente se ha minimizado el impacto y el daño del uso de la violencia contra el sistema de transporte en desarrollo de la protesta social, pero se cuestiona con contundencia a quienes en un puente festivo decidieron movilizarse fuera de la ciudad, amenazando incluso con la restricción del derecho a la movilidad para ingresar a la ciudad, mientras a quienes destruyen los bienes de la ciudad no les pasa nada.

En esta crisis cada uno aporta su grano de arena, y la mayoría de las personas cumplimos nuestra parte con el aislamiento obligatorio, mientras que algunas personas siguen trabajando en supermercados, droguerías, centros de atención médica, para que garantizar las condiciones adecuadas para la cuarentena. Está claro que todos formamos parte de la solución, ojala lo mismo ocurra después de la crisis con otros problemas de carácter colectivo, como la violencia, la pobreza, la falta de cultura ciudadana, la mala educación, y la falta de oportunidades.

4. Los retos colectivos requieren del compromiso de todos

Afortunadamente en esta crisis no se ha escuchado decir cosas como: “que los que tienen coronavirus resuelvan su problema”, “eso a mí ni me interesa, ni me afecta”, o “si le dio positivo en el COVID– 19, pues que resuelva su inconveniente, que no sea flojo”, como ha ocurrido históricamente con otros problemas de interés colectivo como la pobreza, la violencia intrafamiliar (entre otros tipos de violencia), la falta de oportunidades, la mala educación, entre otros problemas, que al no afectar a todas las personas por igual, se convierten en el problema única y exclusivamente de quienes lo sufren, mientras los demás siguen su vida con indiferencia.

Así como sería absurdo decir que la contención y tratamiento de este virus a nivel nacional solo es responsabilidad de los enfermos y del sistema de salud, también es absurdo esperar que problemas como la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades de formación, de acceder a empleos de calidad con estabilidad, entre otros, sean resueltos de manera aislada por unos cuantos sectores e individuos comprometidos con estas causas, sin el apoyo de las instituciones públicas, y privadas, junto con los demás actores de la sociedad. Debemos dejar el individualismo que nos lleva a pensar que las cosas malas solo les pasan a otros y que son esos otros quienes deben resolverlas. 

Uno de nuestros objetivos como sociedad, debería ser que una vez se supere de manera gradual esta crisis, asumamos el compromiso de abordar con esta misma vehemencia y sentido de la corresponsabilidad problemas colectivos que también nos matan diariamente, como la pobreza, la falta de oportunidades de desarrollo en el marco de la formalidad, el alto número de homicidios, la violencia interpersonal, la violencia contra niñas, niños y adolescentes NNA, la violencia intrafamiliar contra población adulta mayor, la violencia sexual, los suicidios y el elevado número de muertes en casos de violencia vial.

5.  Los héroes y las heroínas de verdad no llevan capa, no siempre visten de corbata o usan tacones, ni juegan fútbol

Nunca antes como ahora, la sociedad ha reconocido el valor humano y patriótico de quienes están en la primera línea frente al enemigo, en este caso, todos los miembros del cuerpo médico, se han expuesto a contraer el coronavirus mientras atienden a quienes han resultado infectados, lo que les ha valido el reconocimiento y la gratitud de la ciudadanía  y del gobierno nacional.

Lo mismo ocurre con los miembros de la fuerza pública, el personal encargado del aseo y recolección de residuos, el personal de seguridad, los trabajadores encargados de transportar pedidos domiciliarios, y todas las personas del campo que se encargan de garantizar nuestro abastecimiento de productos alimenticios y de primera necesidad. A todos ellos mil y mil gracias por asumir una mayor exposición al virus para hacer posible el sostenimiento de las personas en sus hogares durante este periodo de cuarentena.

Ante la presente crisis vemos claramente el precario valor del patriotismo futbolero que enaltece e idolatra a deportistas que en el mejor de los casos se muestran solidarios con la carga de las clases menos favorecidas en nuestro país en estos momentos de dificultad, las mismas que los ovacionan y acompañan los partidos de futbol de la selección nacional como si en realidad allí se defendiera la nación, o como si con sus victorias mejorara en algo la calidad de vida del país, cuando lo que ocurre como consecuencia de estos eventos deportivos es precisamente lo contrario, riñas, lesiones homicidios a causa de la intolerancia en las celebraciones de los partidos de fútbol, con el consabido detonante del consumo de alcohol, cuyas empresas  muchas veces apoyan esos equipos del torneo doméstico y a la selección Colombia.

La construcción de un mejor país no se hace con goles, un mejor país lo construimos entre todos, empezando por las familias, nuestros lugares de estudio, de trabajo, en nuestras relaciones con familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, ese es un deber que no podemos eludir, ni confundir con el vacío patriotismo futbolero. El futbol es un excelente deporte, como deporte si es usted quien lo practica, pero como espectáculo hay que darle sus justas proporciones.

Hoy más que nunca queda claro, y ojalá que no se nos olvide, que los jugadores son solo jugadores, no héroes de la patria. Los héroes son aquellos que ponen en riesgo su bienestar por los demás, como el personal del cuerpo médico, los miembros de la fuerza pública, los líderes sociales, entre muchas otras personas que sin ningún tipo de relevancia mediática, ni afán de protagonismo, contribuyen diariamente en la construcción de un mejor país, incluso con salarios mal remunerados, o trabajando voluntariamente desde organizaciones sociales.

6. Es ilusorio creer que las decisiones individuales no nos afectan a todos, positiva o negativamente, porque lo que hacemos en el presente, en escenarios privados y públicos  puede tener consecuencias para nuestro futuro y el de los demás

Pocas veces había sido tan evidente que el bienestar individual puede estar en las manos de otras personas. Por ejemplo, la disposición de gel con alcohol a diestra y siniestra en los establecimientos públicos, ha demostrado que todos queremos tener las manos limpias, libres del nuevo virus COVID - 19, y que esperamos que los demás hagan lo mismo, para evitar la propagación de la pandemia.

Que nuestra salud y bienestar pueden estar en manos de otras personas no es algo nuevo, lo mismo ocurría cuando en los establecimientos públicos estaba permitido fumar en las áreas cerradas, convirtiendo a las demás personas en fumadores pasivos a partir de una decisión individual, sin preguntarles, sin consultarles, todo porque el que compraba, prendía y se fumaba el cigarrillo tenía el derecho de hacerlo, desconociendo entonces las consecuencias a la salud que ello implicaba tanto para el como para los demás a corto, mediano y largo plazo. Es muy probable que esta situación se siga presentando al interior de los hogares, donde a partir de la decisión de un fumador activo, vean quebrantada su salud en el largo plazo los fumadores pasivos del hogar. Otro ejemplo es el de los miles de muertos a causa de conductores irresponsables que consumen alcohol, para después imponer las consecuencias de sus actos a los demás.

Ojala que este aprendizaje que hemos tenido con el COVID – 19, nos permita entender que hay muchas más situaciones que requieren nuestra atención, a pesar de que creemos que son asunto de carácter individual, pero que generan un gran impacto en materia de salud pública, y en la vida de los demás, como el impacto que tienen el alcoholismo y la drogadicción, como factores desencadenantes y como circunstancia de los hechos de múltiples manifestaciones de violencia, como en la cada vez más creciente violencia de pareja, toda vez que “se ha comprobado que las mujeres que viven con bebedores empedernidos corren un riesgo mucho mayor de que este las agreda físicamente y que los hombres que han estado bebiendo infligen una violencia más grave en el momento de una agresión[4]

También es necesario que asumamos una postura fuerte contra la violencia sexual, la cual se presenta principalmente al interior de las viviendas, como lo demuestra el último informe del Instituto Colombiano de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en el que se reportan 18.839 casos de exámenes médico legales por presunto delito sexual según escenario del hecho y sexo de la víctima en Colombia durante el año 2018. Esta cifra de delitos sexuales cometidos en  las viviendas representa un total del 75.99% de los casos de presunto delito sexual, de los cuales 2.462 fueron perpetrados sobre hombres, mientras que 16.377 fueron perpetrados contra mujeres[5].

Este no es un asunto de menor importancia, ojala, que este momento de crisis no solo sea visto como una pandemia que dejo miles de muertos a nivel global, sino que podamos tener un  aprendizaje conjunto, que nos permita sensibilizarnos frente al dolor que sufren los demás, por causas que entre todos podemos y debemos solucionar.
No podemos seguir desconociendo la  relación causa efecto que se da entre todos los eventos de la vida a nivel individual y colectivo. Un pequeño cambio en la vida de las personas puede tener incidencia a nivel social, porque a fin de cuentas, el bienestar de la sociedad no es más que la suma del bienestar de cada uno de los individuos que la conforman.

7.  No podemos ignorar que la crueldad con los animales y la destrucción de la naturaleza si tienen consecuencias

El Coronavirus ya existía, recordemos que “los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves[6], y los dos tipos de coronavirus mas más conocidos en los humanos eran “el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS)[7]. De allí que el nuevo coronavirus solo se conoció después de que estallara el brote en la ciudad de Wuhan en China en diciembre de 2019, momento desde el cual empezó el contagio a nivel global. Este virus produce la enfermedad infecciosa denominada COVID-19, cuyas consecuencias ya conocemos y día a día afectan a un mayor número de personas, además de los millones de víctimas indirectas que hemos tenido que paralizar nuestras actividades cotidianas. 

Sin embargo, este nuevo virus surge como consecuencia del contagio de los animales a las personas, lo que se conoce como transmisión zoonótica[8]. Así como la peste bubónica fue transmitida a los hombres por las ratas, en este caso, todo indica que la transmisión tuvo origen en una especie animal denominada el Pangolín, un animal del entorno salvaje que es completamente inofensivo, pero que es cazadoy asesinado brutalmente en Asia, para venderlo como comida y comercializar algunas de sus partes para la industria textil y de accesorios.

Lo que pudo ocurrir, en palabras de la BBC News, fue lo siguiente:

En algún lugar de China, un murciélago vuela por el cielo y deja un rastro de coronavirus en sus excrementos, que caen entre el follaje de un bosque.
Un animal salvaje, posiblemente un pangolín que está buscando insectos para la cena entre las hojas, toma contacto con los excrementos… y con el virus.
El temido coronavirus circula entre los animales de vida salvaje. Eventualmente uno de estos es capturado, entra en contacto con los humanos y de alguna manera una persona queda infectada.
Y este individuo a su vez se lo transmite a sus compañeros en el mercado, donde se venden otros animales salvajes. Ha nacido un brote global, que según la OMS podría ser una "pandemia"[9].

Así las cosas, el asesinato, la depredación, la crueldad y la comercialización de animales salvajes en Asia, desencadeno una secuencia de hechos que han provocado miles de muertes, han paralizado la economía y han confinado a millones de personas en sus hogares tratando de contener el impacto de esta pandemia.

El comité permanente del Parlamento de la República Popular China ya prohibió la comercialización de animales salvajes, buscando “abolir la mala costumbre de sobreconsumir animales salvajes y proteger de forma eficaz la salud y la vida de la población[10], sin embargo, esta medida no es suficiente, porque lo mismo hacen otros países de Asia, en donde no se ha regulado esta práctica, además, esta reglamentación no protege ni en China, ni en otros países de ese continente a otro tipo de animales como los perros, y los gatos, que son cocinados vivos en los restaurantes chinos porque se les atribuyen poderes curativos, además, tanto perros como gatos son despellejados vivos para el comercio de piel porque creen que así se garantiza su calidad.

Hasta que no se detengan todas estas aberraciones, y mientras la comunidad internacional no imponga sanciones drásticas frente a este tipo de prácticas crueles, no podremos dar por superada la situación que generó esta crisis. Si allá, en China, en toda Asia, o en cualquier lugar del mundo siguen haciendo este tipo de cosas, no sería de extrañar que en el proceso de transmisión zoonótica, o del contagio de los animales a las personas se presente otro evento como el que estamos viviendo, en el que el mundo entero es azotado por una pandemia, unos por cometer esas masacres tan salvajes contra gatos, perros, murciélagos, pangolines, etc., para comercializarlos, cocinarlos vivos, y provocarles tanto dolor, mientras que otros guardamos silencio.

Todos deberíamos sumarnos a la defensa y protección animal, para acabar con la lógica de quienes creen que los animales son seres con los que se puede hacer cualquier cosa.

8.  No hemos aprendido a escuchar a religiosos, ambientalistas, animalistas, humanistas, y demás mensajeros que buscan hacer que replanteemos las cosas que estamos haciendo mal.

El silenciamiento de los diferentes mensajes con los que se busca un cambio constructivo se da en muchas direcciones, y de muchas maneras. Cada quien defiende sus ideas sin escuchar al otro, perdiendo así la oportunidad de asumir un dialogo constructivo en el que ganemos todos. Por una parte, el discurso de la ideología de género, al igual que la agenda del progresismo han venido enseñándole a nuestros jóvenes que la autopercepción es más importante que la realidad biológica, o que las creencias religiosas, y la espiritualidad solo sirve para consolidar el sistema patriarcal, afectando así la formación en valores que se realiza desde las iglesias y lugares de culto, además de la comprensión de realidades que superan de lejos el gaseoso discurso de la autopercepción. Quieren una sociedad más humana, pero atacan cualquier intento de formación en valores y de promoción del deber ser.

Afortunadamente hasta el momento han brillado por su ausencia los colectivos y líderes que promueven la transformación de la realidad a partir de la autopercepción, no se ha escuchado decir: “vivamos como de costumbre y frente al virus solo basta con auto percibirnos inmunes”, tampoco han seguido llevando adelante su actividad económica algunos de los sectores que usualmente se pasan por alto los llamados de atención de los ambientalistas.

Como los ambientalistas ponen en jaque el sistema productivo en varios sectores que se encargan de la explotación de recursos naturales, o que tienen un impacto sobre nuestros ecosistemas, entonces son ignorados, y en ocasiones asesinados. Muchas veces dejamos a estos líderes solos, como si la protección del medio ambiente no fuera un asunto de interés colectivo, a pesar de que las consecuencias del deterioro ambiental las pagamos todos y le imponemos ese costo a las futuras generaciones y a las demás especies.

Parece que ahora todos actuamos con unidad de propósito frente a la pandemia, así sea gracias a la imposición de decretos de obligatorio cumplimiento, los cuales no son controvertidos por muchas personas o sectores porque ahora si ven la inminencia de poner en riesgo su vida y la de sus seres queridos. No es precisamente por amor al prójimo que la mayoría de las personas está acatando el aislamiento social con las consecuencias económicas que dé él se derivan, cada quien lo hace por su protección y la de sus familias.

Ojala esta situación nos sirva para comprender y aprender a escuchar con respeto, humildad y empatía a quienes asumen algún tipo de liderazgo para dar solución a los problemas públicos que afectan nuestra sociedad, y ¿porque no? a apoyarlos.

9. En los momentos de crisis las personas, y en este también caso las empresas, los bancos y las instituciones públicas suelen sacar tanto lo mejor, como lo peor de sí mismas

En este contexto de crisis e incertidumbre, hay quienes han aprovechado para hacer incrementos injustificados en los precios de los bienes esenciales. No es casualidad que autoridades del orden nacional, como la Vicepresidencia, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, hayan tenido que lanzar “en conjunto una plataforma para que los colombianos denuncien abusos de precios en comercialización de bienes esenciales para la ciudadanía[11].  

Por otra parte, los bancos han realizado algunas acciones con el propósito de mitigar el impacto de la crisis en los usuarios de los servicios financieros, tales como la fijación de “plazos de gracia para el pago de sus deudas, líneas de crédito para atender necesidades en condiciones especiales, refinanciación de créditos y hasta la extensión de los plazos de los saldos en las tarjetas de crédito[12], entre otras medidas que han sido interpretadas por algunos como positivas, pero que también han sido consideradas como acciones carentes de alivios reales para los usuarios del sector financiero. Es de destacar el aporte del  Bogotano, Luis Carlos Sarmiento Angulo, líder del sector financiero en el país, quien informo que  “la donación irá para la adquisición de kits de muestras para la detección del virus, la compra de ventiladores y mercados para las personas más vulnerables. El dinero se entregará al Ministerio de Salud[13].

También se han presentado saqueos en supermercados y alteraciones de orden público en diferentes partes del país. Por ejemplo, en Riohacha “diferentes grupos de personas y mototaxistas persiguieron camiones que transportaban comida y los saquearon en plena vía pública[14] y  eventos similares se presentaron en Bogotá, Soacha, y Pereira  antes de que empezara a regir la medida de cuarentena ordenada por el gobierno nacional, a lo que se suman varios eventos durante el periodo de cuarentena.  

Quizá, después de esta crisis podamos sacar lo mejor de las personas, las empresas, los bancos, y las instituciones públicas, para poder combatir la violencia, la falta de oportunidades, y la pobreza. Y es que las posibilidades de desarrollo y progreso en nuestro país no son nada alentadoras, por ejemplo, “de 49,07 millones de colombianos que reportó el Banco Mundial en 2017, 22.4 cumplen con los requisitos para trabajar. Sin embargo, solo 7 millones de ellos tienen un empleo formal y por lo menos dos alimentan los índices de desempleo”.

En un contexto como este, es muy difícil logar condiciones de progreso real, sin el compromiso de todos los sectores, así como estamos haciendo actualmente con el COVID – 2019. Ojala este sentido de unidad nacional frente a este grave problema público no se diluya, sino que se pueda reorientar hacia otro tipo de objetivos.

Nunca antes en nuestras vidas fue tan evidente el planteamiento de  la teoría del caos, para la cual «el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York». Y  así ocurrió, solo que la tempestad se convirtió en pandemia y azota al mundo entero.

Esta es una buena oportunidad para recomenzar con resiliencia y desarrollar mayores niveles de empatía, solidaridad y compromiso con el bienestar colectivo. No podemos seguir pensando de manera individualista y egocéntrica que si nuestras islas personales están bien, no importa que en la isla de al lado los vecinos no cuenten con casas con bases firmes y mueran de hambre.

Autor:
Germán Fandiño Sierra.
Politólogo Internacionalista.
Magister en Derechos Humanos y Democratización
Facebook: @germanfsierra300 









Referencias Bibliográficas



[1]Papa Francisco. Bendición Urbi et Orbi. Papa: “la oración es nuestra arma vencedora”.  Disponible en: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2020-03/homilia-urbi-et-orbi-papa-francisco-suplica-dios-coronavirus.html
[2] Gobierno garantiza reconexión de luz, gas y agua a deudores en todo el país. Disponible en: https://www.pulzo.com/nacion/deudores-les-reconectaran-luz-gas-agua-durante-cuarentena-nacional-PP867339

[5] Forensis 2018. Datos para la Vida. Página 242. Disponible en: https://www.medicinalegal.gov.co/documents/20143/386932/Forensis+2018.pdf/be4816a4-3da3-1ff0-2779-e7b5e3962d60
[6] Coronavirus. Organización Mundial de la Salud. Disponible en: https://www.who.int/es/health-topics/coronavirus
[7] Preguntas y respuestas sobre la enfermedad por coronavirus (COVID-19) Organización Mundial de la Salud. Disponible en: https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/advice-for-public/q-a-coronaviruses
[8] Coronavirus. Organización Mundial de la Salud. Disponible en: https://www.who.int/es/health-topics/coronavirus
[9]Coronavirus: por qué hay tanta urgencia por encontrar el origen animal de la epidemia. Helen Briggs. BBC News. 26 febrero 2020. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-51629750
[10]China prohíbe "completamente" comercio y consumo de animales salvajes. La práctica supuestamente contribuyó a la propagación del nuevo coronavirus. Por: AFP 24 de febrero 2020, 10:32 a.m. Disponible en: https://www.eltiempo.com/vida/china-prohibe-completamente-comercio-y-consumo-de-animales-salvajes-465550
[11] Denuncie abusos en precios de productos con esta aplicación. El Colombiano. Diego Vargas Riaño | Publicado el 19 de marzo de 2020. Disponible en: https://www.elcolombiano.com/negocios/economia-de-bolsillo/denunciar-abuso-en-los-precios-de-productos-se-puede-hacer-a-traves-de-una-aplicacion-de-la-sic-PB12649035
[12]Los alivios de la banca para sus clientes por crisis del coronavirus. Reestructuración de créditos sin reporte a centrales, más plazos y menos intereses en las tarjetas. Por: Economía y negocios 20 de marzo 2020 , 05:37 p.m. Disponible en: https://www.eltiempo.com/economia/finanzas-personales/medidas-de-los-bancos-en-colombia-durante-el-coronavirus-474374
[13] “Todos tenemos la obligación de contribuir”. POR: PORTAFOLIO MARZO 31 DE 2020 - 03:09 P.M. Disponible en: https://www.portafolio.co/economia/entrevista-luis-carlos-sarmiento-angulo-539561
[14] Coronavirus en Colombia: Saqueos y alteración del orden público en Riohacha. Nación | 3/24/2020 3:10:00 PM. Disponible en: https://www.semana.com/nacion/articulo/coronavirus-en-colombia-saqueos-y-alteracion-del-orden-publico-en-riohacha/658834

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